Hay una cosa que llama poderósamente la atención nada más empiezas a andar por una calle de Quito, y es el cableado eléctrico y de comunicaciones. En todas partes ves postes llenos de cables, enseguida piensas que es imposible que nadie tenga un esquema de como se tiraron esos cables y que arreglar algo debe ser una tarea imposible. Además en algunos de ellos hay cables caidos o cortados y en alguna ocasión me ha dado miedo porque casi los toco y no se si me voy a quedar pegado ahí.
En alguna ocasión me han contado que el alcalde prometió soterrar todo este cableado y que ya deberían haber empezado hace tiempo las obras, pero de momento nada de nada. Las cosas de palacio van despacio como se suele decir.
Cheli