A medida que voy tomando confianza con la gente suelo gastarle bromas más ácidas. Me suelo meter más con la gente de forma cariñosa proporcionalmente respecto a la confianza que vaya tomando, aunque he de decir que (las confianzas a veces dan asco involuntareamente) a veces depués de pegarme un buen chasco me doy cuenta que no todo el mundo es tan cachondo como yo o no se toma las cosas tan a broma como yo o con el mismo humor y me chafan, ya que quedo como un gilipollas deprimido porque encima he fastidiado a alguien cuando yo pretendía lo contrario.
El problema suele ser que la gente tiene muy poco humor, si alguien ridiculiza a otra persona todos nos reimos pero cuando alguien se rie de ti ¡ohhhhhhhhhh nooo! es un gilipollas… pero … ¿y si tiene gracia? ¿no eres capaz de reirte de ti mismo? pero, ¡¡¡¡si tiene gracia incluso si se rien de ti!!!!
Como dice un amigo mio, – agacha la cabeza y que te den una colleja – Vamos, riete de ti mismo que … aunque no lo parezca, puede llegar a ser mogollón de divertido para ti.
Cheli
Hombre, todo depende de qué ridiculices y a quién ridiculices…porque a veces las personas acaban con complejos, desde empezar a menospreciarse a tener problemas serios como la anorexia.
De todas formas estoy contigo en que muchas personas que te hacen bromas no soportan que se las devuelvas.
Pero vamos, si la gente que te conoce sabe que eres ácido, simplemente no debería tomarte seriamente en esos momentos (cuando haces el papel de House 🙂 ).
Yo no hago bromas y menos de ese tipo a no ser que conozco mínimamente a esa persona porque puede que la cagues y metas la pata hasta el fondo. Por ejemplo como el otro día en Aida contando un chiste sobre el cancer a una persona que tiene un familiar con cancer.
Cheli
Uhh, si te metes conmigo no te hablo nunca más, anda que gastar ese tipo de bromas, es que mira que eres mala persona, si ya te lo dije yo un día…
Bueno, ya sabes que yo me río hasta de mi sombra, qué te voy a contar que no sepas??