Pues sí, ha llegado «el cambio de ciclo«, o como lo han llamado algunos «el fin del mundo«. Y debe haber llegado porque algunas cosas han cambiado y otras no son normales.
Esta noche he ido a cenar con unos amigos al chino, hacía siglos que no iba al chino y a este en concreto sólo recuerdo haber ido una vez hace más de dos años. Lo increible es que sean capaces de ganar dinero con un menú en el que entra, atención.
- Rollito de primavera, sopa o ensalada.
- Arroz 3 delicias o tallarines.
- Y aquí podías elegir entre varios, por ejemplo «pollo con almendras» (el más barato) o «pato a la pekinesa» (el más caro).
- El menú incluye bebida, café o té y claro está el chupito de cortesía.
Todo esto por 4.50€ el más barato y 6€ el más caro. Tomando dos bebidas cada uno hemos salido a 6.50€ por persona.
Luego hemos ido a tomar una copa, bueno yo no porque no puedo beber, debe ser por eso del cambio de ciclo. Pero al final hemos terminado bailando o mejor dicho intentándolo. Yo que me había llevado mi chaquetita y esas cosas ya que uno piensa que estando a 21 de diciembre, ya 22 y por tanto primer día de invierno, debe hacer frío. Pues no, me moría de calor dentro del local, y es que de camino de vuelta a casa he pasado por una farmacia al lado del paseo marítimo y a las 3 y media de la mañana el termómetro marcaba 16º, pero es que cuando he subido la avenida y he mirado el termómetro de la óptica que hay al final me he quedado loco, 21º.
Lo dicho, todas estas cosas deben ser por lo del cambio de ciclo, no tiene otra explicación.
Cheli